Acá lo que cuentan en Oregon:
el 1 de diciembre de 2020, la OMS desaconsejó el uso de mascarillas para practicar deporte intenso, ya que podía provocar daños cardiovasculares generando arritmias cardiacas y neumotórax espontáneo. Y recientemente, un tipo de mascarilla que contenía grafeno ha sido retirado del mercado canadiense y español por la sospecha de que pueda causar daños en los pulmones por la inhalación de nanopartículas de dicho material.
Recientemente hemos publicado un estudio sobre los niveles de plastificantes en diferentes tipos de mascarilla, así como el grado de liberación de dichos compuestos durante su uso. Hay que tener en cuenta que las mascarillas faciales se producen a partir de polímeros como polipropileno, poliestireno, polietileno y poliéster. Polímeros que contienen una serie de compuestos químicos, como plastificantes y retardantes de llama.
Analizamos las mascarillas tipo quirúrgicas, KN95, FFP2, FFP3 y reutilizables de tela. En todas ellas detectamos plastificantes organofosforados, con niveles desde 0,02 hasta 27,7 microgramos por mascarilla. Los niveles más bajos fueron para las mascarillas quirúrgicas, mientras que los más elevados fueron para las KN95.
Asimismo, llevamos a cabo ensayos de inhalación para evaluar la proporción de estos plastificantes presentes en las mascarillas que se desprenden y que, por lo tanto, pueden ser inhalados durante su uso.
Pudimos observar que únicamente en torno a un 10 % de los plastificantes presentes en cada mascarilla eran inhalados durante su uso, con la excepción de las mascarillas de tela reutilizables. En ellas no se produjo liberación alguna, por lo que el impacto de dichos plastificantes en este tipo de mascarillas es nulo. En cualquier caso, aún liberándose un 10 % de los compuestos, la cantidad inhalada se sitúa muy por debajo del umbral de riesgo para estos compuestos.
Impacto ambiental
A raíz de la pandemia, se ha observado un incremento en la producción y consumo de material plástico, sobre todo de usar y tirar.
El consumo masivo de mascarillas desechables genera una gran cantidad de residuos que no pueden ser reciclados. Teniendo en cuenta la cantidad de mascarillas utilizadas a nivel mundial, así como su peso (entre 2,5 gramos las higiénicas y 7 gramos las de tela), estaríamos generando entre 0,2 y 6,3 millones de toneladas anuales de residuos de mascarillas faciales.
Según un informe del WWF, cada mes se estarían introduciendo en los ecosistemas acuáticos y terrestres un total de 10 millones de mascarillas debido a una mala gestión de residuos.
Una vez en el medio, estas mascarillas se degradan lentamente formando partículas más pequeñas, los microplásticos. Por otro lado, también se produce la liberación al medio de los aditivos químicos. En el caso de los plastificantes organofosforados, estaríamos emitiendo al ambiente entre 20 y 18 000 kg, que se sumarían a los niveles de estos compuestos que ya afectan a la vida de organismos acuáticos y terrestres.
El menor impacto ambiental se produciría con el uso de las mascarillas de tela reutilizables. Además de que generaríamos menor cantidad de residuos, provocaríamos menor dispersión en el medio de compuestos contaminantes.
Entonces, ¿qué mascarillas utilizamos?
Está claro que el uso de las mascarillas es necesario para minimizar el riesgo de contagio. Las recomendaciones para una buena protección frente al virus son utilizar mascarillas tipo FFP2 en ambientes interiores con poca ventilación, y mascarillas tipo quirúrgicas para los ambientes exteriores.
Basándonos tanto en el impacto en la salud humana como en el impacto medioambiental, recomendamos el uso de mascarillas FFP2 en ambientes interiores, descartando el uso de las mascarillas KN95. De hecho, a partir de enero de 2021, algunos países europeos, incluida España, decidieron prohibir la venta de este tipo de mascarillas al no cumplir con los requisitos establecidos por la homologación europea. Únicamente se pueden seguir comercializando las unidades en stock.
De entre las diferentes opciones de mascarillas FFP2, son preferibles las que pueden ser utilizadas durante dos días (como las desarrolladas por investigadores del IATA-CSIC y Bioinicia S.L.). Estas minimizan la generación de residuos frente a otras opciones FFP2 cuya aplicación se restringe a un único día.
En lo que se refiere a las mascarillas para ambientes exteriores, recomendamos el uso de mascarillas de tela reutilizables frente a las quirúrgicas. Las primeras retienen completamente los plastificantes evitando su inhalación y, al poder reutilizarse entre 20 y 50 veces, generan un menor volumen de residuos. Asimismo, son una opción más económica a medio plazo.
Sin embargo, es importante señalar que estas mascarillas de tela reutilizables deben ser homologadas, cumpliendo los requisitos de elaboración, confección, marcado y uso especificados en la norma UNE 0065, por lo que quedarían descartadas aquellas mascarillas de tela de confección casera.
Ethel Eljarrat, Investigadora Científica del Departamento de Química Ambiental, Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA – CSIC) y Teresa Moreno, Director of the Institute of Environmental Assessment and Water Research (IDAEA), Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA – CSIC)
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
Indeed, a significant reduction of cholesterol absorption has been demonstrated to occur following supplementation with BPF, an effect which seems to be related to the inhibition of pancreatic cholesterol ester hydrolase pCEH; an enzyme which contributes in the cholesterol absorption cialis reviews
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Bueno despues de hablar tanto sobre el problema serio de usar mascarilla, los que escriben el articulo dicen: «Está claro que el uso de las mascarillas es necesario para minimizar el riesgo de contagio» O se peinan o se hacen papelillo, si se usan mascarillas producen muchos problemas, pero hay que usarlas?? Nacimos con una mascarilla? Por favor, hasta cuando son los 15 de Yakelin?
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Hace tiempo que llegué a la conclusión de que, si bien es cierto que hay una pandemia y hay gente que se ha muerto a causa de ella, si bien es cierto que vino de China y si bien es casi seguro que salió del laboratorio de Wuhan (accidental o intencionalmente, eso no lo sé), todo lo demás (mascaritas, distanciamiento social, casi todos los cierres, especialmente el de las escuelas y hasta las vacunas de las narices es pura pacotilla con una gran dosis de tomadura de pelo y unas cifras mentirosas.
Como hace un par de semanas comenzó la decima edición de mi querido juego A Tale in the Desert, me he tomado unas vacaciones egipcias (probablemente largas) del mundo de la política en general y del coronita en particular. Y vivo más tranquilo y feliz. Sigo asomándome por aquí de vez en vez para ver los comentarios pero, de momento, no participo mucho.
Por mi parte hace tanbién dos semanas que me libré de la maldira máscara y soy por completo ¨Rebel without a mask¨, émulo de James Dean, no solamente por mi nariz destapada. Mi inmunidad a la coronahisteria fue desde el very beginning. Entro a todos los lugares sin ella y ni siquiera la llevo en el bolsillo. En teoría para no llevarla hay que estar vacunado pero ¨don´t ask, don´t tell¨, como lo de los gays en el ejército y nadie me ha preguntado si estoy vacunado. Y, si me preguntaran, me acojo a la quinta enmienda 🙂
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Lo de la 5ta enmienda te quedo de leyenda.
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