Para Costa Rica la abolición del ejército tiene un importante contenido de paz, pero también de desarrollo.

El pasado 1 de diciembre se cumplieron 63 años desde el día en que un líder victorioso, una vez en el poder, decidió poner punto final a la existencia del ejército en el país. A lo largo de más de seis décadas, hemos sabido priorizar el gasto público hacia la mejora en las condiciones de vida y las oportunidades de nuestro pueblo, sin duda el más valioso de nuestros recursos. Hemos economizado cada centavo que hubiera sido gastado en armas y soldados, y lo hemos invertido en salud y educación. Esta ecuación ha dado como resultado un destacado desarrollo humano a pesar de nuestros limitados ingresos, pero también nos ha permitido pasar de ser un país de renta baja a otro de renta media, una categoría que plantea nuevos y también complejos desafíos.