Desde que nacemos estamos expuestos a las mediaciones: nuestros padres y otros seres, la escuela, las iglesias, las organizaciones políticas, los medios de comunicación, ahora la INTERNET. Y nos vamos configurando para creernos cualquier superchería que nos digan desde esas mediaciones.

Nos han robado esos que administran las cosas, las almacenan, las tienen ahí intocables o maniatadas y vueltas un guiñapo, nos han llevado por los caminos de esa “libertad” y nos juzgan ceñudos o eufóricos si recorremos los laberintos disparadores de esas pasiones.

Las pasiones de cada mediador.