Julián hace dos dias:

Europa siempre ha sido una olla de grillos y su deporte nacional consiste en matarse los unos a los otros y descojonar el mundo. No hay frontera por esos lares que no tenga anexo un signo de interrogación. América Latina no tiene ese problema. Las excepciones han sido pocas.

Por otra parte, la tierra arrasada conserva sus recursos naturales, acceso a las costas, etc. Sigue siendo útil.

Y eso de las viejas o adolescentes con fusiles matando soldados es wishful thinking. Esa parte de la poblaci’on son los refugiados que salieron echando en cuanto pudieron. El ejercito ucraniano ha estado peleando con armas sofisticadas que le ha dado occidente.

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Crimea fue un golpe definitivo, pero ocho años después viene por más:

No veo fiera acorralada, veo rata que hay que espantar: los extremistas no retroceden, su filosofía es la ley de la selva y hay que trazar la línea temprano para prevenir males mayores después. Quizá sea esto lo que evalúa la OTAN: cuándo y dónde poner un Do Not Trespass.

Julián teme que esto sea una sangría innecesaria:

la ‘unica forma de que los ucranianos puedan declarar victoria es expulsando completamente a los bolos, y eso no va a ocurrir.

Entretanto, continuará la matazón, la destrucción y el gasto a raudales del dinero de los contribuyentes. Vivimos en un mundo que se ha vuelto totalmente irracional, así que no confío demasiado en que se imponga la razón

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He ahí el gran dilema: ¿es necesaria o no esa sangría?