1. Respira lento y profundo, relajando los músculos de tu cara. Libera cualquier tipo de tensión en tu frente, mandíbula y alrededor de tus ojos.

2. Relaja tu cuerpo. Comienza por los hombros, dejándolos caer tanto como sea posible. Luego, afloja la parte superior e inferior de tu brazo de un lado y luego del otro.

3. Mientras inspiras profundo y exhalas lentamente, relaja la parte superior de tu cuerpo y luego deja ir cualquier tipo de tensión en tus piernas, desde tus muslos hasta la parte más baja.

4. Luego de que todo tu cuerpo se haya relajado por 10 segundos, lo que tienes que hacer es despejar tu mente. Puedes hacerlo intentando una de las siguientes opciones:

  • Imagínate a ti mismo acostado en una canoa, y en un lago sereno, con el cielo azul sobre ti.
  • Visualízate a ti mismo todo cómodo y calentito, en una hamaca de terciopelo negro, y en una habitación a oscuras.
  • Di «no pienses, no pienses, no pienses» una y otra vez durante 10 segundos.

Una vez que estés físicamente relajado y tu mente se encuentre vacía por lo menos durante 10 segundos, te quedarás dormido.