el virus de la Revolucion llego a aquella sierra en las palabras «hay que salvarla de estos bandidos»

Llego al bohio en que habitaban ya diez hermanos, serian 12 pero dos habian muerto al nacer. 3 tenian 14 o mas y eran varones. El de 14, mi padre, acepto ir a pelear contra los alzados. Recien me cuenta la semana pasada que de una compania de 100 les mataron en un solo combate a 25 y que el quedo herido en una pierda, que su madre nunca lo supo, que 26 anos despues, ya coronel del ejercito, fue Cuito Cuanavale, en Angola… para que ahora estos cabrones…

a mi madre fue en forma de fiebre atea, se le enfrentaba a su abuela que termino de criarla a partir de los 15 anos, y le preguntaba «acaso tu has visto a Dios» y partio a recibir clases de matemáticas a la lejana Holguin, Cuba.

alla en Holguin se conocieron hace 50 anos, ella alumna y el «politico» del mismo centro educativo, al ano siguiente se casaron, hace 48 naci yo

…yo que con 30 anos llegue a aquel policlinico y ese mismo dia la vi. Era parte del tribunal de examen que se desarrollaba en mi consulta a un residente de MGI.

luego me dio la conjuntivitis, a los pocos dias, la viral, y me dijeron que tenia que verla para que me firmara un permiso y poder recuperarme lejos de la consulta. No di con ella.

pero luego, a los pocos dias, otro virus (el dengue) si logro reunirnos, ella necesitaba ayuda con un estudio del IPK y yo me brinde en todo lo que hiciera falta. En menos de 4 meses estabamos casados, en menos de un año camino a Venezuela, luego Pakistan, luego Venezuela por segunda vez, luego Colombia y luego 15 anos ya en Florida, dos de ellos luchando, como todos, por sobrevivir a los inventos de una pandemia de la que aun arrastramos secuelas, o no. Un virus tras otro nos puso aqui en este presente al que le marca el paso el virus chino, el virus putin, los eventos que se viralizan para esfumarse mas pronto que el efecto protector de las nuevas vacunas contra covid. Un virus que vive en mi medula espinal hace ya casi 40 anos ha despertado ultimamente con mucha fuerza, reclama su lugar en esta carrera de relevo de virus, de cuando en cuando, usando como tribuna la metamera de turno, el espacio de mucosa o piel que logre coronar al menos por unos dias, hasta que el aciclovir y mis defensas le envien de regreso a esos espacios medulares donde duerme esperando poder algun dia regar su descendencia a otros seres y eternizarse junto a billones de sus iguales sobre la faz de este mundo y de los que esten por llegar.