En la Europa de Postguerra surgió un consenso entre la socialdemocracia y la democracia cristiana en el sentido de que había que construir un Welfare State o Estado del Bienestar. Tanto el liberalismo absoluto como la economía planificada comunista eran extremos a evitar y, por tanto, había que buscar un ponderado punto medio. “Economía social de mercado” fue la fórmula que usó la Constitución de 1978 para definirlo. En ese marco conceptual, el centro-derecha y el centro-izquierda eran las únicas opciones realistas y oportunas. Las diferencias entre ambas opciones eran solo de matiz, y la gestión de los asuntos ordinarios se convertía casi en la cuestión palpitante que inclinaba las votaciones a favor de una u otra opción. Incluso la Doctrina Social de la Iglesia, así como la evolución del tardofranquismo, parecían favorecer un amplio consenso en la idea de que el Estado tenía un importante papel “redistribuidor” de la riqueza, a fin de ofrecer “servicios públicos” de calidad en el ámbito de la Sanidad, de la Educación, de la construcción de Infraestructuras, de Vivienda, etc.
Hoy en día, prácticamente nadie discute la necesidad de que el Estado gaste en Seguridad Social, en sostener escuelas y hospitales, y en garantizar unos estándares mínimos de servicios en el ámbito judicial, asistencial, de Defensa, etc. Muchas veces, los partidos de izquierda se dedican a acusar a sus contrincantes de centro-derecha de querer privatizar tales servicios; cuando, en realidad, unos y otros presumen de incrementar más y más las partidas presupuestarias dedicadas a esos menesteres. Y ojalá fuera posible ese continuo aumento. Todos dan por hecho que las condiciones para la prestación de esos servicios son semejantes a las que se daban en los años cincuenta y sesenta. Pero no. Las condiciones materiales actuales son muy distintas a las que se daban en aquellas fechas. Quisiera fijarme en tres diferencias muy importantes. Seguramente habrá más.
En primer lugar, la demografía. En los años cincuenta y sesenta nos encontrábamos con una gran cohesión familiar, había muchos niños y muchos jóvenes, y los ancianos no tenían la esperanza de vida que tenemos hoy. Existía el pleno empleo (incluso el pluriempleo) y, por tanto, había muy poco gasto asistencial. En este contexto, el sistema de pensiones, por ejemplo, tenía un margen de crecimiento espectacular, porque el esfuerzo de sostener a relativamente pocos ancianos estaba muy repartido entre una gran masa de contribuyentes. Hoy, esto no es así: tenemos pocos jóvenes, poquísimos niños y muchísimos ancianos con una larga esperanza de vida y alta demanda de servicios sanitarios. Evidentemente, nos alegramos de esa mayor longevidad (aunque sea por la parte que nos toca), pero alguien tiene que pensar que esa creciente esperanza de vida añade dificultades a la viabilidad del sistema. Además, tenemos un paro estructural brutal y abundantes gastos asistenciales. Y, para colmo, algunos creen que aún podemos importar más indigentes, a pesar de que los costes de las estructuras estatales (funcionarios, organismos públicos, ayudas y subvenciones… se han disparado). Esta situación, a la larga, es insostenible.
En segundo lugar, la energía era muy barata durante los años 50 y 60, por lo que todos los sectores económicos tenían bajos costes de producción. Es verdad que, durante aquellos años, se cometieron muchos excesos “desarrollistas” en materias paisajísticas, urbanísticas o del Medio Ambiente. Pero los índices económicos eran expansivos en todos los sectores productivos, por lo que se verificaba un progresivo aumento del nivel de vida de los ciudadanos. En cambio, hoy España tiene un verdadero problema en materia de energía, dependencia exterior y encarecimiento, sin que se observen visos de que ese asunto se vaya a resolver próximamente, ya que es estructural. A pesar de que los medios gubernamentales se empeñen en negarlo, en esa pobreza energética el factor decisivo ha sido la estúpida decisión de los dos partidos sistémicos -PSOE y PP- de haber optado por energías que todavía no se han desarrollado lo suficiente (solar, eólica…), en detrimento de otras fuentes que todavía pueden aportar mucho: combustibles fósiles, hidroeléctrica, nuclear. En Francia, en Suiza y en Estados Unidos, por ejemplo, lo han hecho mucho mejor que nosotros. Una energía cara no solo es un lastre al crecimiento, sino que es un verdadero torpedo para la calidad de vida del ciudadano, por razones evidentes que no es necesario desarrollar.
En tercer lugar, el ciudadano medio europeo de hace sesenta años era una persona que reservaba la expresión “Derechos Humanos” a los que estaban positivizados en la Declaración Universal de la ONU de 1948: la vida, la libertad, la igualdad ante la Ley… Después de los horrores de las Guerras de la primera mitad del siglo, cundió entre la mayoría de la población un descrédito de las recetas “totalitarias” que las habían alentado, así como un fuerte sentido del deber, restaurando aquella Europa devastada por las guerras en términos más individualistas, a base de trabajo duro, ahorro y sacrificio.
El Mayo del 68 supuso el comienzo del cambio de aquella mentalidad. Los niños de papá, hijos de la generación de la postguerra que ya iban a la Universidad gracias a los esfuerzos que habían hecho sus padres, creyeron que el bienestar material era el Estado normal de la Humanidad, y empezaron a protestar porque hubiera normas morales y porque se aburrían en sus vidas burguesas. Hoy predomina ya la idea de que “todos tenemos derecho a todo”, que el Estado nos ha de satisfacer los deseos que cada cual tenga, de modo que la lista de derechos subjetivos no hace más que ampliarse, siempre que vayan en el sentido del progresismo dominante: hedonismo, reconocimiento de identidades sexuales o patrias, subvenciones por no trabajar. Así, se manda el mensaje de que eso de levantarse temprano para trabajar el campo, por ejemplo, o para hornear bollos es cosa de “pringaos” o de inmigrantes.
De modo que un elemental realismo nos debería hacer reflexionar en el sentido de que vamos por muy mal camino. Evidentemente, hay que corregir la demografía, para equilibrar la proporción de jóvenes y ancianos, aunque evidentemente eso tardará mucho en hacerse. Hay que trabajar en serio en el asunto de la energía, diversificando sus fuentes, o asumir que habrá que bajar de forma radical nuestro tren de vida. Pero lo más esencial es que hay que enseñarles a nuestros jóvenes que no hay derechos sin obligaciones, que en esta vida todo servicio tiene un coste y que antes de exigir hay que aportar.
Pero también es justo que pidamos explicaciones a los partidos que nos han traído hasta aquí, al PSOE, que ya tiene el récord Guiness de quiebras del Estado, y a los moderaditos del consenso progre. Cincuenta años de machaque de la familia nos han traído a este invierno demográfico. Cincuenta años de histeria ecologista nos han abocado al precipicio energético que se abre ante nosotros. Cincuenta años de delirios neomarxistas nos ha creado esta juventud blandiblú que va a tener que tirar del carro en condiciones peores de las que dominaban en 1945
31 de agosto de 2022 Macario Valpuesta
«What do automobiles, guns, and home-schooling all have in common that makes the liberals hate them? All these things reduce individual dependence on the government and on the grandiose schemes for other people’s lives created by liberals and imposed by government.» —Thomas Sowell
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El bikini es el mayor símbolo de la democracia; separa la izquierda de la derecha, protege el centro, modifica el punto de vista de cada uno y obliga a todos a mirar en la misma dirección y con el mismo objetivo.
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Julian Perez es quien comenta esto?
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Si
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Ojeda:
La venta en moneda nacional es precaria, especificamente en Camagüey las tiendas estan vacías
Elyovi:
Bueno las tiendas MLC de la provincia de Cienfuegos están bastante desabastecidas.
Pero sino venden en pesos ni en moneda libremente convertible, ¿Que coño es esto?
Y los de Otra Cita muy preocupados por la suerte de Cristina
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Yo no sé si eso ha cambiado en los últimos 30 años pues ya no tengo ni idea de lo que pasa por allá, pero cuando yo estaba allá la verdadera economía era la sumergida, la bolsa negra, no las tiendas, ni siquiera las diplo.
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Tampoco sé quién es la Cristina esa. Busqué y ya vi quién era. El mundo está tan jodido que apenas veo las noticias.
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Vaya, mi comentario entró como anónimo porque anoche apagué el laptip un rato y se fue el log. No me percaté de ello.
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YA TE IDENTIFICO (hice cambio)
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El intento de asesinato de Cristina motiva una entrada en el blog Otra Cita, como si Cuba no estuviese metida en un horrible agujeto negro. Mas de 5 mil balseros intersectados en el Estrecho de la Florida en 10 meses. Unos 170 mil cubanos han cruzado el Rio Bravo.
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La Joven Cuba recibe con beneplácito el retorno de esta vía de reunificación familiar, si bien considera que queda mucho por hacer en materia de relaciones bilaterales y en pos del bienestar de los cubanos de ambas orillas…por parte de los Estados Unidos
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Se le continuará brindándo a los educandos sabiduria, amor y paz; lo que no les van a dar es pan
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Los amadores de Silvio Susurrito estan consternados por:
Falta de agua en Misisipi
Falta de electricidad de Puerto Rico
Intento de asesinato a Christina
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…y sin embargo va evolucionando: al menos ya eligen mejor embajada, en otros tiempoS irian todos a la de EEUU
«srd2 de septiembre de 2022, 7:46
Me llegó anoche:
Compañeros: Mañana viernes a las 11 am nos convocamos en la sede de la Embajada Argentina. Repudiamos la violencia y nos solidarizamos con Cristina.
Les pido que nos acompañen.
Graciela Ramirez
Dirección de la Embajada Argentina:
Calle 36 e/5ta y 7ma Miramar
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Dos doctoras de Matanzas mueren víctimas del dengue bajo un manto de silencio oficial
Las autoridades de salud cubanas califican de ‘compleja’ la situación sanitaria en ese territorio, pero evitan dar cifras de casos.
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Manuel D la Cruz que es un gay comico se justifica escribiendo en la revista el estornudo que jesucristo era un gay en el closet, porque el diablo lo tento. Ja ja ja
De niño, al leer ese pasaje biblico pense que lo tentaba con fotos de mujeres en pelotas. Ja ja ja
O eso fue lo que me explicaron cuando pregunte.
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Posiblemente éste sea mi principal punto de divergencia con el amigo Ramiro. El es más tolerante con la social democracia. Yo soy más ortodoxo en la necesidad de que el gobierno se limite a lo imprescindible: la defensa y la protección de los derechos básicos: vida, libertad y propiedad (no voy a decir búsqueda de la felicidad para ser menos ambiguo)
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Que hacemos con la escacez de maestros por ejemplo? Ademas de torcidos escasos: qué es peor abundancia en adoctrinamiento o desorden y falta de guía en nuestras aulas? Solo Dios sabe.
Because great teachers are essential to our progress in education, I also issued a call for state, district and higher education leaders to work together to tap federal resources to address the national educator shortage, strengthen the educator pipeline and keep teachers in the classroom
https://www.ed.gov/news/press-releases/statement-us-secretary-education-miguel-cardona-recent-naep-data?utm_content=&utm_medium=email&utm_name=&utm_source=govdelivery&utm_term=
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En el caso de Estados Unidos el camino es opuesto a la intervención gubernamental, que lo jode todo (me refiero al gobierno central, los gobiernos locales son otra cosa); home schoolling, escuelas charter, escuelas privadas y, sobre todo, descentralización. Que el tema de la educación se trate a nivel local.
La burocracia nacional de la educación ahuyenta a los buenos maestros. Y si se le quitara un poco de poder a los sindicatos, que son una plaga, no tengo dudas de que eso también ayudaría.
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Fallecen dos doctoras por dengue en Cuba y Cubadebate seguramente no lo menciona
Las dos fallecidas son una ginecobstetra y una epidemióloga.
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La pelirrojita que sacan en la revista el estornudo es delgadita pero esta apetitosa, je je. Con el pelo negro se da un aire a la que era mi cuencanita, hoy ingresada para desintoxicacion. Rezo para que regrese en un par de meses y…joda menos
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