‘Por todo el país se reproducen sistemas de ventas online cuyos pagos se realizan desde afuera aunque los productos se encuentran todos en Cuba.  Este sistema pudiera ser beneficioso siempre que  los productos se oferten también en moneda nacional como hacen algunos pocos sitios. Lo que abunda en estos mercados son productos enlatados, cárnicos, huevos, mariscos especias, productos lácteos, granos, cereales, así como ofertas de combos. Alguien hace un pedido para usted y en 24 horas a usted le llega la orden.  

Lo curioso es que muchos de esos productos también los podría encontrar en las tienda en MLC si los hubiere. Esto implica igualmente que mientras más proliferen estos negocios menos productos habrá, incluso en las tiendas en divisas. En una búsqueda muy superficial encontré varias tiendas que se dedican a esta modalidad y la mayoría funciona de la misma manera.

Un producto altamente demandado por la población, por ejemplo, es el yogur probiótico Labiofam, de escasa presencia en el mercado, sin embargo las tiendas Katapulk lo ofertan de manera estable a 17.96 el envase de cinco litros.  Es lógico suponer que el producto va a escasear en MLC ya que estos almacenes funcionan como privilegiados acaparadores oficiales.

En este procedimiento de ventas en línea, son varios los almacenes en donde se guardan estas mercancías y luego de activado el pedido desde afuera, alguien, adentro, recibe sus ofertas.  ¿Y por qué a nuestro parecer, este sistema es más preocupante? En primer lugar, considero que este sistema resulta más discriminatorio aún para quien no tiene a nadie viviendo más allá de fronteras que le pueda poner la orden.

En segundo lugar, si son productos que se encuentran ya en tierra deberían estar en vidrieras para que sea mayor la disponibilidad de alimentos en estos momentos críticos. Y luego, aunque el reclamo siempre ha sido eliminar las ventas en una moneda que no se posee, una parte de la población, sin tener necesariamente vínculos con el extranjero, pudiera convertir sus CUP a MLC y adquirirlos.  

Entre estas tiendas tenemos a Supermarket 23, Katapulk, Ríos Envíos, TSO Tiendas, MallHabana y otras que cuentan con logística en tierra, almacenes, transporte, personal y realizan transacciones que luego parecen perderse en el éter por lo que se desconoce si ese monto de dinero beneficia a alguien en Cuba, o retorna por alguna vía a la oferta o a las ventas a la población aunque sean en MLC.  Y aquí, una vez más, se pierde el asunto de la transparencia.  Nadie ha dado explicaciones sobre este sistema.

¿Quiénes son los beneficiarios?  Evidentemente entidades foráneas con la logística preparada para sacarle lascas a la pobreza en suelo patrio. Empresas privadas, asociadas al Estado, el que probablemente les cobra altos impuestos y ambos obtienen superganancias a partir de una segregación creada por la carencia de existencias.  ¿Burlar el bloqueo y traer productos? Dudoso, una sencilla búsqueda en internet  ofrece toda la información necesaria y, para colmo, varios de estos artículos son producidos en Cuba.  

¿A qué médico, científico, maestro o funcionario sin vínculos de este tipo con el exterior puede beneficiar un sistema así? ¿Cómo le mejora la vida a los demás si dos años después no ha aparecido el primer producto prometido en CUP?’

[el que no vea de que va todo esto es porque no quiere ver, hasta Julian Perez que no se interesa en asuntos cubanos los partio al medio con esto hoy ‘la alianza entre los grandes negocios y el gobierno. En vez de libre competencia y las leyes del mercado los ganadores y perdedores son escogidos con el dedo, Todo en nombre de ¨causas muy nobles¨, como la de ¨salvar al planeta¨ o establecer la ¨justicia social¨ pero a costa de eliminar la libertad y la justicia sin el apellido de ¨social¨]

.

.

.

.

.