que la persona más cercana, temerosa me pidiera dejar de hablar, que lo único importante es la familia me dice:

las familias, reafirma;

familias sin lengua, le aclaro,

y esta aclaración parece ir a su rostro como un puñetazo.

lograron que me hablara con miedo.

lo que nunca lograrán es que me calle,

no lograrán sumar otra familia sin lengua

a la enorme colección de esas

que han conseguido de un modo u otro amasar por 64 años seguidos.

No lo van a lograr, ni con toda la intención

Ni accidentalmente.

No va a suceder.

No se hagan ilusiones.

La única república de una familia, de una persona, es su lengua. Algunas Constituciones así lo reconocen, le llaman derecho, derecho a la libre expresión.

Derechos: Poderes. Esos poderes a los que algunos temen tanto.