Julián trajo ayer algo suyo de hace 35 meses:

Partiendo de que el ser humano no es por naturaleza ¨bueno¨ sino que contiene las dos tendencias y el libre albedrío que le permite escoger entre ellas, los federalistas sostenían que el gobierno era una necesidad porque los seres humanos no son ángeles. Pero como tampoco iban a estar gobernados por ángeles, la única solución consistía en limitar las funciones del gobierno a lo imprescindible y, aún así, imponerle controles. Dado que las ambiciones no se pueden eliminar, pues están en nuestra naturaleza, solamente procedía ¨oponer ambiciones a ambiciones¨¨.

A lo que iba es que casi toda utopía parte del supuesto de que el ser humano es en esencia bueno y que todos los males se deben a mal diseño en la sociedad y desigualdades sociales. Que, por tanto, en teoría, es posible crear una sociedad perfecta que elimine esos males.

Decía la letra de la Internacional:

El día que el triunfo alcancemos

Ni dueños ni esclavos habrá

Los odios que al mundo envenenan

Al punto se extinguirán

El hombre del hombre es hermano

Cese la desigualdad

La tierra será el paraíso

Bello de la humanidad

Ya se sabe la clase de paraíso que construyeron el día que el triunfo alcanzaron.

¨Libertad, igualdad, fraternidad¨, cantaban los franceses, otros utópicos, Aquello acabó en el terror y en un baño de sangre del que no se salvó ni el incorruptible Robespierre.

La revolución norteamericana fue la única que no devoró, como Saturno. a sus hijos porque fue la única que no fue utópica, sino realista. Fue consciente de las debilidades humanas.

Pero entonces llegaron, a fines del siglo XIX, los progresivistas (Teddy Roosevelt, Woodrow Wilson, FDR, LBJ), padres espirituales de nuestros izquierdistas de hoy… Soñaban con un gobierno que remediara los males sociales. Los chequeos y balances les estorbaban. LBJ, que se declaró el continuador del New Deal de FDR, emprendió una ¨guerra contra la pobreza¨ a la que quería erradicar ¨eliminando sus raíces¨¨. Propósito muy loable pero después de gastar una millonada en programas gubernamentales destinados a ello, la pobreza, por supuesto, continuó intacta. Reagan dijo que los pobres habrían salido mejor parados si se hubiera repartido directmente todo ese dinero entre ellos.

Todos esos críticos de la república cubana que enumeras, al igual que sus émulos de aquí, tienen el mismo pecado original: los gobiernos son imperfectos, sí, pero no pueden dejar de serlo porque somos imperfectos. Los intentos de perfección acaban en tiranía. Inténtese erradicar todos los vicios y, al igual que Feuerbach, que junto con el agua de la tina botó también al niño, se erradicará también la libertad.

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—Mandy le aplaude 6 días después:

robotsfidelcastro en 30 diciembre, 2019 a las 7:34 AM

Este comentario está major que mi ensayo

.

Vale la pena no abandonar el asunto. Julián lo utiliza en su libro Mi Descubrimiento de América y utilizó incluso la palabra axioma, como si la cosa fuera matemática, eterna

Mi Descubrimiento de América (Spanish Edition) https://a.co/d/elRelTb

Silvio Rodriguez Dominguez hace 3 dias siente que debe echar su gota sobre suelo empapado:

Por qué será?