En una de sus últimas declaraciones sostuvo: “Sé que tengo cáncer. Lo que quiero decir antes de morir es que odio a los psiquiatras. En el hospital de Rodez yo vivía bajo el terror de una frase: «El señor Artaud no come hoy, pasa al electroshock». Sé que existen torturas más abominables. Pienso en Van Gogh, en Nerval, en todos los demás. Lo que es atroz es que en pleno siglo XX un médico se pueda apoderar de un hombre y con el pretexto de que está loco o débil hacer con él lo que le plazca. Yo padecí 50 electroshocks, es decir, 50 estados de coma. Durante mucho tiempo fui amnésico. Había olvidado incluso a mis amigos. Estoy asqueado del psicoanálisis, de ese «freudismo» que se las sabe todas”

fuente: elciudadanoweb.com