mides tu presencia por la presion que rebota desde cada huella en los infinitos

vences cuando ya no sientes, pero esto es imposible y viajas caldo inteligente

ya sabes a que atenerte y te dejas llevar mientras prendes tu pupila opacando

horizontes reticentes y aclarando entrañas y corrientes que se asoman a verte

y esperanzado poder lamer tu herida hasta hacerla cada vez mas debil, menos

presente en esas mencillas que te aciertan, que sientes y aparecen aunque no

puedan comprenderte reclamando su derecho a existir en esos mundillos que

logran lanzar su lenguas de corrientes en el grito desesperado de circuitos que

pronto seran leyendas y pensamientos, emociones y pasiones, que miden su

fuerza por cuanto pueden llegar a estremecerte mientras se mecen en las redes

poderosas inclementes infalibles inolvidables de una mar que te pertenece y de la que eres el ineludible custodio hasta tu muerte