En 1997 terminé estudios de medicina. En el ‘99 salgo de 25 meses en servicios médicos en el ejército. 5 años después parto a Venezuela, llevaba 7 años como médico con techo, comida y ropa que me daban familiares y demás: mi salario solo alcanzaba para comer de diez a quince días al mes, solo servia para eso. Sí, los médicos y el resto de universitarios ajenos al turismo éramos todos unos mantenidos y lo siguen siendo la mayoría que no se involucró en esas misiones, ‘colaboraciones’, con otros países.

[aun recuerdo con cuanto cariño guardaba de niño monedas que encontraba, hubo un momento en que compré un radio Juvenil 80 con aquellas recolectas, y con cuanta efusividad cobrábamos los colaboradores los 150 dólares en Venezuela cada mes hasta abril de 2007 en que me largué hastiado, a recibir mejores tratos]

¿A dónde va un país en el que no mandan sus inteligencias sino la Inteligencia del Estado que no desata esa miríada de potencias sino que las controla todas como se controla a los esclavos? ¿Hacia un milagro chino?

Hacia una caótica Haití es que va Cuba.

De niño cuando oí hablar de un jamaiquino o de un haitiano era la imagen de unos pocos negros de esa procedencia viviendo dentro de Cuba, era la de personas viviendo muy mal en nuestro país, los pobres más extremos en contraste con los que se habían acomodado en buenas casas, orden y salarios hacia donde íbamos cuando URSS desaparece y comenzó nuestro lento retroceder coronado por el descontento general evidenciado en esta ola migratoria de los últimos 20 meses, en que unos 20,000 cubanos escapan del descalabro cada mes. En mi caso fue vivir el descontento creciente a mi alrededor y ver con mis ojos como más y más cubanos empezaban a vivir como aquellos negros que venían a vivir en extrema pobreza y sus costumbres de atraso en medio de la próspera cultura nacional de mi archipiélago. Es lo que viví, lo que ví, que no tiene que ver con lo que han vivido otros: hasta 1997, con 23 años, yo vivía en una enorme burbuja que se ha ido desinflando sin pausa y se sigue desinflando aún hoy.