Una manera original de dividirnos y anularnos como ciudadanos es hacernos desconfiar de las cosas importantes. Desconfiar de los demás para mermar el tamaño y potencia de los grupos. Desconfiar de nuestra capacidad de conocer verdades para disminuir la apuesta en esa arma letal. Volvernos una miriada dispersa y libre, libre del verdadero impacto que podemos tener para empujar los cambios que hacen falta sin caer en las garras de dictadores de todo tipo que nos guien como ovejas por los pasajes orwellianos que le conviene a sus privilegios, y mantener todo en este estado de cosas desde nuestras cunas acompañándonos titiriteros ellos hasta el dia final. Están ahí a cada paso activos en sus tiburones invisibles, en sus leyes y reglas que conforman las raices de todos los desastres y en las aguas tranquilas que mantenemos fieros para nuestra casi completa nulidad.
Parlous Cancel Culture (PCC)

¡Gracias Fidel por tu eterno legado!
Un pais rodeado de mar y no hay sal, mucho menos pescado.
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Desde hace 50 años estoy escuchando que el imperio yanqui esta en decadencia.
¿ Y para donde emigran cubanos, venezolanos, rusos y chinos?
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Edu anuncia una Victoria Popular
Otra contundente victoria del pueblo cubano
Ja ja ja. Esta ciego. Pero ya no permite entradas en su blog
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La Joven Cuba se ocupa hoy de la práctica del boxeo femenino en Cuba, ja ja ja ja ja. ¡Que tema tan importante!
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MIENTRAS todos estos vejetes que son como fidel y tienen los hilos de la represion no se bajen, no hay politica de paz que los destrone
pero los van a destronar, lo dice la historia y la cercania a la potencia mayor de la historia, o los destronan o se vuelven Haiti, son las dos alternativas a la que se enfrentan los cubanos
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Cubadebate nos quiere convencer de que la cura del Alzhéimer y el Parkinson, la tiene una cubana con tremenda cara de comemierda. Ja ja ja ja ja
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Danuel. No le des mas vueltas al asunto. Harold es tremenda puta. Quiere maquillar a la dictadura. No solo censura comentarios, sino que borra los ya publicados.
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Sí, Orlando, eso para mí ha quedado muy claro. Pero lo que ocurre es que él cree que puede hacer todo eso a su antojo, sin que nadie se atreva a cantarle las cuarenta: es por eso que se ninguna manera podía callarme ante todo esto que ocurre en el blog. No: de ninguna manera; y que haga lo que quiera con los que se lo permitan: yo no aguanto esas niñerías, esas actitudes tan lloronas, esas perretas, propias de personas no sólo sin argumentos, no sólo con vocación de censores y represores, sino también de cobardes, mediocres y pusilánimes, y podemos decir que Harold es digno representante de ellos. Su mayor problema es que no puede dejar de actuar, no puede dejar que el blog siga por donde iba, no: siente una enorme necesidad de meter sus narices allí, porque él lo considera «su» blog, no de nadie más, y sigue por esa vía: sabemos de sobra lo que ocurrirá allí, porque realmente su actitud destruirá ese sitio, pero él no quiere aprender, dejémoslo que continúe así.
En realidad, todo esto se veía venir. Tarde o temprano Alina, Ivette, Teresa Díaz Canals y varios foristas terminaríamos chocando con la estupidez y el plañiderismo de personas como Harold. No hay vueltas que darle: es un reverendo comemierda, que se cree cosas porque es director de un blog, y porque llegó a tener -ya no- el respeto de personas de distintas formas de pensar. Que siga en sus trece, al final, seguirá en su ridícula agenda de simpatía hacia la dictadura, mientras hay en Cuba un pueblo deseoso de vivir en libertad, pero tal cosa no se puede lograr arrastrándose ante los tiranos como hace Harold y comparsa, sino articulando movimientos de resistencia cívica desde la sociedad civil. Podrá parecer una quimera, pero si le damos la espalda a personajes como el de marras, y acabamos de darnos cuenta de que no podemos seguir fomentando la desunión y las diferencias en el seno del exilio, y más aún, dentro de la oposición al régimen en la isla, podremos hacer avances en este sentido. En todo caso, contribuir, así sea con un grano de arena, a que en Cuba haya finalmente un gobierno libre y democrático, después de 64 años de totalitarismo y adoctrinamiento, me parece algo mil veces mejor y más útil que seguir lamiendo las botas de los tiranos. Seguiré participando aquí, porque es este un espacio donde no hay cabida a la censura, y donde, además, somos varios cubanos con distintas opiniones e ideas, pero que deseamos, primero que nada, para nuestra patria, un futuro de libertad y prosperidad, una vez esté libre de la tiranía que la destruye y la empobrece brutalmente.
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En la última semana, algunos compatriotas me han invitado, en varias ocasiones, a reconsiderar mi decisión de no participar más en el foro de comentarios del sitio La Joven Cuba. Quiero decir, en primerísimo lugar, y para dejar zanjado esto de una vez, que no es, en lo absoluto, responsabilidad de los comentaristas que resultamos “incómodos” para algunos en LJC, el hecho de que nuestra voz haya sido, de un momento a otro, silenciada arbitrariamente de allí. No es sensato culparnos de expresar nuestra propia opinión; tal cosa sería el equivalente a hacer pasar por victimario a la víctima, algo que no es, ni puede ser de ninguna forma aceptable para nadie que tenga un mínimo respeto a la inteligencia ajena y a la capacidad de utilizar la cabeza para algo más que hospedar cabellos. No, amigos; yo, ni acepto, ni mucho menos podría justificar el atropello y la humillación constante de que fuimos víctimas en LJC. Quien lo pretenda hacer, sepa que contará siempre con mi mayor repulsa. No, en LJC se atacó, de una manera sórdida la libertad de expresión, y todo bajo el silencio más absurdo e indignante. No, señores, yo no puedo ahora traicionar mis principios y la promesa que yo mismo me hice, por un débil, y dudoso afán de complacer a algunos, en primer lugar porque nada ha cambiado allí, y los invito a que lo desmientan con evidencias. No, estimados, nadie está obligado a permanecer en un sitio en el que no lo quieren, sobre todo teniendo en cuenta que lo que se sobra en Internet son sitios donde se denuncia al régimen cubano, y sitios donde sí existe la plena libertad de expresión para decir lo que se quiera. Quien no haya sido víctima de la censura como nosotros lo fuimos, no podrá comprender jamás las razones que nos llevan a dejar de participar en un foro donde se hace, entiéndanlo de una vez, lo que al director del sitio le dé la gana, sin mediar respeto al derecho ajeno ni explicación alguna. Lo que ocurre, entiéndase por fin, es que nadie en sus cabales puede permanecer en un sitio donde, al comentar, no tienes la más mínima certeza de si será o no publicado el comentario que te tomó media hora redactar, e incluso si es publicado, no hay seguridad de que permanezca durante mucho tiempo. No: nadie puede tolerar esto, mucho menos teniendo la posibilidad de abrir un blog y expresar con total libertad tus ideas allí, eso sí, cuidándote de no hacer pasar a otros por las amargas experiencias que tú sufriste.
Algunos pretenden vincular mi salida a la de la profesora Alina, que ocurrió tan solo unos días antes. Debo reconocer que la decisión de la profesora Alina López Hernández de retirarse de LJC me impactó mucho, e incluso me llevó a plantearme por primera vez la salida del foro de ese sitio, puesto que su mensaje en Facebook anunciándolo deja claro que resultaba ya una carga para Harold y sus ilustres acompañantes; pero realmente la posterior censura a un comentario mío en el que aludía precisamente a esta cuestión, ante lo cual reclamé y jamás se me dio respuesta, fue la gota que colmó el vaso. Después de eso, me di cuenta de que carecía de sentido permanecer en un lugar donde fuerzan la salida de personas verdaderamente honestas, que tienen ellas mismas más decoro que todos los monigotes de la dizque “Asamblea Nacional”, y donde, además, no toleran que nadie les haga el más leve reproche. Decidí que lo más sensato era cortar por lo sano y retirarme, porque entendí que, de todas formas, yo era el próximo en ser baneado de allí.
Quien repase lo sucedido en los últimos meses en LJC, se dará cuenta de que existe una intencionalidad poco disimulada por parte de Harold Cárdenas de retrotraer al blog a los tristes años de la mordaza y la censura. En medio de todo esto, se dará perfecta cuenta el cubano observador y lúcido que, en realidad, el problema no era yo, ni mis comentarios en sí, sino el mero hecho de herir las susceptibilidades de los represores allí, y fue lo que llevó a Harold y sus discípulos a cruzar el umbral y borrar mis comentarios. Lo siento sinceramente por muchos amigos preocupados, pero yo no tengo alma de carnero, cómplice o sumiso. No tenía (no tengo) por qué aceptar tales groseros atropellos, e hice lo único aceptable, lo único digno que podía hacer: me fui de allí inmediatamente. Al menos tuvieron algo de sentido común para publicar mi último comentario, en el que me despedí definitivamente del blog.
Por mi parte, está todo dicho. Sólo desearía, en lo más profundo de mi alma, que se rectificara, algún día, y cuando ya no fuera demasiado tarde, el lamentable rumbo que ya está pasando factura a un blog que hasta hace poco había avanzado mucho. Ojalá, aunque reconozco que es tanto difícil, que quienes aún pueden publicar sus comentarios allí no tengan que pasar por la experiencia de la censura en el futuro. Yo ya dejé clara mi postura, que no cambiará hasta tanto se rectifique el salto hacia el vacío que se ha dado. En tiempos como los actuales, es no sólo ridícula y absurda semejante actitud, sino que, además, es un grave suicidio político y un vergonzoso tiro en el pie. Mientras se siga apostando a la connivencia y el contubernio que, por más que se viva en USA y se disfrute de la libertad, la democracia y la prosperidad inexistentes en Cuba, permanece enquistado en el cerebro de unos cuantos cubanos cómplices de la decadente dictadura que odia y destruye, podremos afirmar sin temor a equivocarnos que la suerte de LJC está echada.
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Uno de los problemas mayores de toda dictadura frente a las democracias es precisamente el Con Todos de Jose Martí.
En su accionar, excluyendo arbitrariamente a unos de comentar en sus blogs, estos tipos estan demostrando estar hechos en gran parte a imagen y semejanza de lo que tanto dicen criticar: es bien simple, pero les cuesta un huevo verlo, o asumir el precio que siempre conlleva toda inclusion y respeto de lo diferente o responden a una agenda, vitrina, que monta el propio régimen: son parte importante en ayudar a lavarles la cara ante la comunidad internacional
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No es fácil, pero Quiero ser esto: Audaz, abierto (a nuevas ideas, aprendiendo siempre), creativo, indiferente a lo que nadie pueda pensar (valiente)
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