flota en un estanque a la deriva, “a bordo de nuestra balsa de caña brava chocamos contra las paredes de la palangana de agua” “en la que nos puso el Gobierno”

“Nos inventamos una travesía, mas es” otro naufragio a la caza del que nos pueda aliviar un poco la estadía en esta charca en la que, como en todo pozo, habitan criaturas felices y dichosas, enamoradas del entorno al que le deben todo y al que están tan graciosa y cómodamente acostumbradas.

Se mueve Cuba en su charca y se le ve desde todas las emociones y preceptos, y nadie puede salvarla, en esta era tampoco.

Solo queda la espera y gozar las deliciosas historias que emanan de semejante engendro.

¡Buena suerte! algunos claman y siguen sus caminos sin siquiera mirarla, otros tratan de acomodar algún poco de oxígeno en su gente en lo que llega alguna salida. Son criaturas amadoras que ahora viven en otras charcas. Más dinámicas, pero áridas el alma, haladas por idiotas de la creación, que hoy conducen al mundo por los impensables caminos al que llevan sin escapatorias los muchos juguetes que han parido en su desenfrenado arrebato de evolución, en el que navega una capsula de miles diminutos puntos y una isla grande y una pequeña, archi…lago que llaman Cuba, pozo navegando entre otros pozos, entregado a sus mitos reflejos, a sus muchos tormentos, y enclaustrando a millones de pájaros que espantados de las criaturas felices que el moho ha criado desean suicidarse en mil intentos hacia la ‘libertad’