El amigo Ramiro acotó en su blog:

Zaratustra, es un instinto que busca incansablemente nos diferenciemos y como con todo instinto, no se puede evitar su actividad y sus consecuencias.
Es como el instinto sexual, no podemos evitarlo.
El comunismo es tan utópico como pretender que nadie en todo un país no tenga un orgasmo más en su vida.
Misión imposible.
No se puede desconocer a Zaratustra y a la cultura toda vez que se hace, piensa o escribe en política.
(Ver Presento a Zaratustra, el protagonista del blog y del libro y El comunismo y su enemigo imbatible)

La diferencia que buscamos puede ser de dos tipos. Elevarnos sobre los demás sin importarnos que estos asciendan con nosotros a alturas semejantes, o todo lo contrario. Cuando Ramiro habla de Zaratustra se refiere a lo primero, y le atribuye ser causante de muchas desgracias si este no es canalizado apropiadamente.

Canalizarlo en cada sociedad para beneficio de todos es un reto, los Padres Fundadores sentaron ese ejemplo, aún imbatible, a pesar de lo que opinen los envidiosos, por incapaces.