Cuando Hugo Chávez intentaba convertir a Venezuela en una segunda Cuba todas las empresas extranjeras, en especial las de EEUU, las expropió, le confiscó su pertenencia porque para qué compensar si su creencia es que vienen al país a dominar, explotar y saquear al pueblo. Aplicó la frase que dice: «Ladrón que Roba Ladrón, tiene 100 años de Perdón». Atacó sin piedad al capital nacional al que también sometieron a expropiación y confiscación de propiedades. A la industria agropecuaria que producía alimentos, los atacó despiadadamente, expropió extensas tierras llenas de cultivos para repartirlas entre sus simpatizantes, hoy esas mismas tierras que alimentaban el país, yacen baldías y ociosas.

Sin embargo EEUU no impuso sanciones a Venezuela sino hasta enero de 2019, en que decretó un embargo comercial al estilo del que impone en Cuba. ¿Las razones?, pues las ha suministrado la ONU, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Corte Penal Internacional, u otras organizaciones internacionales. Se refiere a tema del informe (20 septiembre 2022) de la ONU que detalla las responsabilidades por crímenes de lesa humanidad para reprimir a la oposición y la disidencia en Venezuela.

La noticia de corrupción del chavismo es de ellos mismos (TeleSur) y de Irán (HipanTV), no es de la CIA , ni de la OTAN, ni del Imperio, es de ellos mismos. Pero no mencionan nombres porque el capo de la corrupción en PDVSA es Tareck El Aissame, colaborador principal de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. Tareck ha sido hasta vicepresidente del país, ha ocupado la posición de ministro en numerosos ministerios. Es una de las caras del chavismo, prófugo de la justicia de EEUU acusado de narcotráfico y de lavado de dinero, de financiar el terrorismo islámico. Es alguien que pudo haber sido reemplazo de Nicolás Maduro como Presidente. Otros capos que se pasean por ese estado fallido son los mismos oportunistas de siempre, mención especial para China, Rusia y Cuba.